Valencia, esa joya mediterránea donde la tradición culinaria se encuentra con la innovación, ofrece una experiencia gastronómica que va mucho más allá de su mundialmente famosa paella. Entre callejuelas históricas y arquitectura vanguardista, la capital del Turia esconde tesoros gastronómicos que merecen un peregrinaje. Te proponemos una ruta para un fin de semana que despertará tus sentidos y dejará una huella imborrable en tu memoria gustativa.
Viernes: El despertar de los sentidos en el centro histórico
Mañana: Mercado Central, el templo de los productos frescos
No hay mejor manera de comenzar que visitando el espectacular Mercado Central, una catedral modernista dedicada a la gastronomía. Antes de sumergirte en la ruta de tapas, dedica una hora a recorrer sus pasillos repletos de jamones, quesos artesanales, aceitunas y productos frescos del mar y la huerta valenciana.
Para el desayuno, busca el puesto de «Horchata Daniel», donde podrás probar la auténtica horchata valenciana con fartons, ese dulce alargado perfecto para mojar en la refrescante bebida de chufa.
Mediodía: Tapeo en El Carmen
El barrio de El Carmen, con sus calles estrechas y fachadas coloridas, alberga algunos de los mejores bares de tapas de la ciudad. Comienza en «Bodega Casa Montaña», fundada en 1836, donde el tiempo parece haberse detenido. Sus anchoas caseras, boquerones en vinagre y la ensaladilla rusa son legendarios entre los locales.
A pocos minutos caminando, «Taberna El Pederniz» ofrece una reinterpretación moderna de las tapas clásicas. No te pierdas sus croquetas de puchero valenciano y el tartar de atún con aguacate y sésamo tostado.
Noche: Cena flamenca en Ruzafa
Para cerrar el día, el barrio de Ruzafa, el epicentro de la vida nocturna valenciana, te espera con propuestas más vanguardistas. En «Canalla Bistro», del reconocido chef Ricard Camarena, fusionan con maestría la cocina mediterránea con influencias asiáticas y latinoamericanas. Su bao de costilla lacada y los rollitos de pato confitado son pequeñas obras de arte gastronómico.
Sábado: La búsqueda de la paella perfecta
Mañana: Desayuno junto al mar
Comienza el día con un desayuno tradicional en la Malvarrosa. En la terraza de «La Pepica», uno de los restaurantes con más historia de Valencia frecuentado por Hemingway, disfruta de una tostada con tomate y aceite de oliva mientras contemplas el mar Mediterráneo.
Mediodía: La auténtica paella valenciana en El Palmar
Para degustar la verdadera paella valenciana, hay que alejarse un poco del centro. Dirígete a El Palmar, un pequeño pueblo en el corazón del Parque Natural de la Albufera. Aquí, rodeado de arrozales, se encuentra «Casa Carmina», donde preparan la paella siguiendo la receta tradicional: pollo, conejo, judías verdes, garrofón y, por supuesto, el arroz bomba cultivado a pocos metros del restaurante.
Lo ideal es reservar con antelación y pedir la paella para las 14:00, así tendrás tiempo de dar un paseo en barca por la Albufera antes de comer, abriendo el apetito mientras descubres uno de los paisajes más hermosos de la región.
Noche: Cena de autor en Colón
De regreso a la ciudad, el elegante barrio de Colón te ofrece una propuesta más refinada. En «Habitual», otro proyecto de Ricard Camarena, la filosofía del kilómetro cero se aplica con devoción. Prueba sus berenjenas asadas con miel y su arroz meloso de sepia y alcachofas, una reinterpretación contemporánea de los sabores tradicionales valencianos.
Domingo: Brunch y últimos bocados
Mañana: Brunch con vistas en la Ciudad de las Artes y las Ciencias
Para tu último día, acércate a la espectacular Ciudad de las Artes y las Ciencias. En «Contrapunto Les Arts», ubicado dentro del Palau de les Arts, ofrecen un brunch dominical que combina tapas tradicionales con opciones internacionales. Sus mini-hamburguesas de cordero con alioli de membrillo y el salpicón de marisco son el maridaje perfecto para las vistas del conjunto arquitectónico.
Mediodía: Última parada en el Cabanyal
Antes de despedirte de Valencia, el barrio marinero del Cabanyal merece una visita. En «Casa Montaña» (diferente a la bodega mencionada anteriormente), sus tigres (mejillones rellenos y gratinados) y sepionet a la plancha te dejarán un último recuerdo imborrable de la gastronomía valenciana.
Valencia es mucho más que paella; es una ciudad donde cada bocado cuenta una historia, donde la tradición y la innovación conviven en perfecta armonía. Esta ruta de fin de semana apenas rasca la superficie de lo que esta ciudad mediterránea puede ofrecer a los amantes de la buena mesa. Lo único seguro es que, después de recorrerla, querrás volver una y otra vez para seguir descubriendo sus tesoros gastronómicos.